A todo dueño de una mascota le preocupa que se pueda perder. Podemos tomar distintas medidas para intentar reducir este riesgo.
Toda mascota tiene que estar identificada, es obligatorio. Actualmente se hace una identificación electrónica (transponder) que consiste en una pequeña cápsula del tamaño de un grano de arroz inyectada subcutáneamente en el animal llevando en su interior un código numérico detectable mediante un lector de ondas electromagnéticas. Este lector genera un campo electromagnético que activa la cápsula o microchip emitiendo este código que lleva grabado y que es único. Nuestro veterinario nos pondrá un microchip mediante una inyección que pondrá en el lado izquierdo del cuello. Es así para que todo el mundo sepa dónde buscar, aunque a veces pueden migrar, sobre todo en mastines. Cada vez que acudamos al veterinario para cualquier cosa podemos pedirle que revise su correcto funcionamiento.
Lo primero que debemos hacer es comprobar que nuestros datos están correctamente registrados en la base de datos de nuestro colegio de veterinario, en el RIAC o registro de identificación de animales de compañía. Una vez que el chip está implantado, el veterinario mete los datos del propietario en un ordenador y manda el impreso a la base de datos de animales de compañía con la firma del propietario. Hasta que a la base de datos no le llega el impreso firmado no se le da oficialmente de alta. Pero desde el momento q el perro tiene el chip debiera ser posible localizar al propietario ya q se sabe que veterinario ha puesto ese microchip. A mí me ha pasado poner un chip a un perro por la mañana y a las dos horas llamarme de la base de datos para saber quién es el propietario del perro al q le he puesto el chip. Si cambiamos de dirección o de número de teléfono también debemos notificarlo para que actualicen nuestros datos.
Si por cualquier cosa cedemos nuestra mascota a otra persona es muy importante que el nuevo propietario ponga todo a su nombre ya que si no seguiremos siendo responsables de lo que le pase. Si por ejemplo le abandonan o maltratan y no hemos hecho el cambio seremos responsables y por tanto nos podrán sancionar.
Yo recomiendo siempre poner una chapa con nuestro teléfono para q si se nos escapa cualquier persona pueda llamarnos y devolverlo. También tenemos la opción de poner un gps en el collar. Este gps nos manda la información al móvil y nos dice en todo momento donde se encuentra nuestra mascota. Podemos poner unos límites virtuales y que nos salte la alarma si los rebasa. Además sirve para adiestrarlo ya que podemos hacer que vibre y premiarlo si viene al notarlo.
Tanto los perros como los gatos se pueden escapar por distintos motivos. En la calle encuentran un montón de olores y nuevos estímulos, otros animales, hembras en celo… Además si están mucho tiempo solos en un jardín se aburren y querrán buscar cosas que hacer. Normalmente se escapan más los machos pero las hembras también pueden salir a explorar nuevos territorios. Yo tenía un perro que se escapaba todas las tardes a la salida del colegio cercano porque le encantaban los niños y las meriendas que le daban. La castración puede reducir estas escapadas en los machos, pero no siempre es suficiente. Hay implantes subcutáneos que producen una castración química temporal y nos puede servir para ver si la operación tendrá efecto sobre sus escapadas o no.
El problema de estas escapadas es que nuestra mascota puede ponerse en peligro y provocar situaciones de riesgo. Pueden entrar en contacto con distintos patógenos o parásitos, nos la pueden robar, pueden meterse en peleas o incluso ser atropellados o provocar accidentes de tráfico. Se pueden asustar no saber volver. En los gatos es muy normal que los machos vuelvan a casa magullados tras pelearse con otros gatos, sobre todo en época de celo. También pueden ser perseguidos por perros. Los perros también se pueden pelear y pueden sufrir atropellos con facilidad.
Lo más importante es identificar la causa de las escapadas. Una buena educación y acostumbrar al perro a que no debe salir de casa si no es en nuestra compañía es muy importante. Si damos largos paseos con él y hace un buen ejercicio diario es más fácil que luego no quiera escaparse. A veces, fuertes ruidos como las tormentas o petardos, provocan tal terror que salen despavoridos. También las hembras en celo son una tentación muy grande para los machos. Para evitar todos estos problemas tenemos que intentar que no salgan del perímetro de la casa. En el caso de los perros revisaremos la valla cerrando agujeros y subiendo la altura. Aun así hay auténticos profesionales del escapismo. Además del sistema ya comentado del gps en el collar, existen collares que primero suenan y luego dan una pequeña descarga eléctrica cuando se acercan a la cerca. En el caso de los gatos, si tienen acceso al jardín, su control es más complicado. También se les puede poner el collar con gps aunque su tamaño aún es un poco grande para mi gusto. Cuando entremos o salgamos de casa debemos comprobar que hemos cerrado perfectamente no han aprovechado para salir.
Si a pesar de todo nuestra mascota se ha escapado debemos llamar cuanto antes a nuestro registro de identificación de animales de compañía y notificar su pérdida. Si no lo hacemos nos pueden acusar de abandono.
En Madrid el teléfono es 915645459. Debemos dar el número de chip de nuestra mascota que tendremos apuntado en la cartilla. Las perreras municipales leerán el chip de los animales que les llegan y notificarán su recuperación. Algunas procuran no darse ninguna prisa en hacerlo para poder cobrar más tiempo de estancia a su propietario. Una vez que hemos recuperado a nuestro amigo deberíamos notificarlo también.
Si cedemos nuestra mascota a otra persona no hacerlo nunca sin antes cambiar los datos al nuevo propietario. Para ello debemos acudir a un veterinario que nos dará los formularios para realizar la operación.
En el caso de las hembras, si van a estar escapándose, debemos asegurarnos de esterilizarlas.
A grandes rasgos estos son los consejos para que nuestras mascotas se escapen lo menos posible.